martes, 8 de marzo de 2011

Presión de los grupos sociales

La capacidad de desarrollar amistades saludables y relaciones con los compañeros depende de una adolescente de auto-identidad, la autoestima y confianza en sí mismo.
En el mejor de los casos, la presión de grupo puede movilizar la energía del adolescente, motivo por el éxito, y alentar a su hijo a ajustarse a un comportamiento saludable. Compañeros pueden hacer y actuar como modelos positivos. Los compañeros pueden hacer y demostrar comportamientos sociales apropiados. Compañeros a menudo se escucha, aceptar y comprender las frustraciones, los desafíos y las preocupaciones asociadas con ser un adolescente.
La presión de grupo negativa
La necesidad de aceptación, aprobación, y la pertenencia es vital durante la adolescencia. - Los adolescentes que se sienten aislados o rechazados por sus compañeros o de su familia - más propensos a involucrarse en conductas de riesgo en el fin de encajar en un grupo. En este se situaciones, la presión de grupo puede afectar el buen juicio y el combustible las conductas de riesgo, la elaboración de un adolescente fuera de la familia y las influencias positivas y atraer a las actividades peligrosas. Una negativa influencia de los compañeros de gran alcance puede motivar a un adolescente a tomar decisiones y participar en el comportamiento que sus valores de otro modo podrían rechazar.

Los padres pueden apoyo de los compañeros de relaciones positivas, dando a sus hijos adolescentes el amor, el tiempo, las fronteras, y el estímulo para pensar por sí mismos.
En concreto, los padres pueden demostrar su apoyo por:
Tener una relación positiva con su hijo. Cuando adolescente interacciones de los padres se caracterizan por el calor, la bondad, la coherencia, el respeto y el amor, la relación va a florecer, al igual que los adolescentes la autoestima, salud mental, la espiritualidad, y habilidades sociales.
Ser genuinamente interesados en las actividades de su hijo. Esto permite que los padres sepan los amigos de sus hijos adolescentes y para supervisar el comportamiento, que es crucial para mantener a los adolescentes fuera de problemas. Cuando la mala conducta se produce, los padres que han involucrado a sus hijos en el establecimiento de reglas de la familia y las consecuencias pueden esperar menos flack de sus hijos, ya que con calma hacer cumplir las normas. Los padres que, junto con sus hijos, establecer límites firmes y altas expectativas pueden encontrar que los niños de sus capacidades a la altura de las expectativas de crecer.
-->Fomentar el pensamiento independiente y de expresión. De esta manera, los adolescentes pueden desarrollar un sentido saludable de sí mismo y una mayor capacidad para resistir la presión.

Adolecesentes y adolesecntes


Todo el mundo necesita pertenecer, sentirse conectados con otras personas y estar con otras personas que comparten actitudes, intereses y circunstancias que se asemejan a sus propias. La gente elige los amigos que 
aceptar y como ellos y verlos bajo una luz favorable.


Interacción entre pares en la adolescencia




Las relaciones sociales entre iguales o amistades se refiere aceptación de los compañeros, representa la condición social o la popularidad en un gran grupo, que representan las relaciones de amistad basadas en el respeto mutuo, el aprecio y gusto. La adolescencia temprana es una época caracterizada por la amistad que comparten sentimientos más comunes. Demostrando con un mayor sentimiento de pertenencia

Las investigaciones indican que los adolescentes interactuar con sus compañeros con más frecuencia y más largo que lo más jóvenes, tanto dentro de la escuela y fuera de la escuela.
El establecer relaciones entre iguales se asocian con aspectos de la autoestima, contribuir a la formación de la propia imagen, están relacionados con la competencia social y la mejora de la capacidad de liderazgo, puede ayudar los jóvenes a contrarrestar los efectos negativos de los problemas familiares,  disminuye de la probabilidad de sufrir maltrato entre iguales y puede influir en el desempeño académico, puede dar: seguridad, una oportunidad de status, y una sensación de pertenecer a un grupo. Le permite aprender algo sobre los derechos de otras personas entre sus iguales que se inclinan a sus propios intereses y expresión de sí mismo. Le brinda al adolescente un refugio del mundo adulto
Es una época se buscan un papel social apropiado y relaciones sociales satisfactorias que concuerden con los conceptos de sí mismo. Los adolescentes entre ellos mismos, son más sensibles, más discernidores y más involucrados personalmente con la otra persona; de hecho son más tiernos en sus relaciones interpersonales.
Las interacciones entre iguales pueden clasificarse según tipos de grupos sociales:
*          Los PARES (que abarcan agrupamientos íntimos como el de madre-hijo, marido y mujer, una pareja de novios o dos amigos cercanos) pueden categorizarse como unisexuales o heterosexuales.
*          El GRUPO PRIMARIO, el más típico de todos los agrupamientos de  adolescentes, se caracteriza por una asociación cara a cara, números reducidos, propósito no especializado, intimidad comparativa y permanencia relativa. Ejemplos: hogar, grupo de juego espontáneo, etc.
*          El GRUPO PRIMARIO AMPLIADO es un grupo organizado íntimo cara a cara, limitado en cierto grado por un propósito especial y por el hecho de la organización.  Ejemplos: tropa de boy scouts, clubes, asociaciones universitarias, etc.
*         Los GRUPOS SECUNDARIOS carecen de la intimidad y asociación, y por lo normal de la mayoría de las otras características de los grupos primario y primario ampliado. Ejemplos: muchedumbre, asambleas, comunidades, corporaciones, etc.

Cualquier individuo es simultáneamente miembro de muchos grupos diferentes con diversos grados de importancia para él y en cada uno de ellos puede desempeñar muchos papeles distintos.




conductas sociales

Para determinar si un joven es social, asocial o antisocial debe juzgársele tanto objetiva como subjetivamente. Objetivamente en función de su conducta, y subjetivamente en función de sus sentimientos y actitudes.
  • Un adolescente social es aquel que se adapta a las normas aprobadas por el grupo en el que se desenvulve, desempeña correctamente la función social prescrita por un grupo, tiene actitudes sociales que lleven a la conducta aprobada y logra la satisfacción personal derivada de la conducta social. La conducta social es la que cumple con las adecuadas normas de convivencia, la que no arremete en forma alguna a la colectividad, es la que cumple con el bien común. Quien se considera como un ser social respeta los límites, es capaz de relacionarse con diferentes grupos de personas, acepta las autoridades y actúa en pro de la sociedad.

  • El adolescente asocial: debido a su ignorancia de las expectativas sociales, no puede adaptarse a los criterios de una persona social. Las características de un “asocial” generalmente corresponden a un patrón de violencia, con comportamiento impulsivo, aislamiento del entorno, elitismo y discriminación, entre otros. Esta conducta no tiene relación con las normas de convivencia ni con el bien común.

  • El adolescente antisocial: es consciente de las expectativas sociales, pero no se conforma a ellas porque no lo desea. atenta contra la estructura básica de la sociedad, destruye sus valores fundamentales, lesiona las normas elementales de convivencia.
  • Los factores que contribuyen al individuo antisocial de la conducta particular, pero generalmente incluyen algún tipo de problemas familiares, incoherentes prácticas disciplinarias o abuso de menores, cambios frecuentes en el cuidador principal o en la vivienda, de aprendizaje o discapacidades cognitivas, o problemas de salud. El déficit de atención con hiperactividad está altamente correlacionado con el comportamiento antisocial. Un joven puede mostrar un comportamiento antisocial en respuesta a un estresante específico por un período limitado de tiempo, pero esto no se considera una condición psiquiátrica. Los niños y adolescentes con trastornos de la conducta antisocial tienen un mayor riesgo de accidentes, fracaso escolar, el alcohol temprano y el uso de sustancias, suicidio y comportamiento criminal. Habitualmente este comportamiento oculta una baja autoestima.





    Todo grupo cultural establece sus propias normas con sus propias pautas para ayudar al adolescente a realizar la transición desde las actitudes y la conducta social de la infancia a la de adultos. La razón más importante para fomentar la socialización en el adolescente es que el patrón de adaptación social establecido en la adolescencia quizá determine su nivel de socialización para el resto de la vida.

Comportamiento y relaciones interpersonal

La inteligencia interpersonal nos permite entender a los demás. La inteligencia interpersonal es muy importante en nuestra vida diaria, está no permite determinar la elección de la pareja, los amigos y algunos otros aspectos de nuestra vida. Está relacionada con la forma en q actuamos, y en que comprendemos los comportamientos de los demás, como por ejemplo notar las diferencias entre personas, entender los estados de ánimo, sus temperamentos, intenciones, etc.
Se basa en el desarrollo de dos grandes tipos de capacidades, la empatía y la capacidad de comunicación.

En la adolescencia, aumentan considerablemente los espacios donde son posibles los intercambios o interacciones sociales y, por otro lado, se debilita enormemente la referencia a la familia.

El adolescente atraviesa una transición  y sus relaciones sociales son de mucha importancia porque el joven debe asimilar nuevas pautas de comportamiento social ya que las  aprendidas en la infancia ya no se adaptan a las relaciones sociales maduras. La "socialización" es el proceso de aprendizaje de la conformidad a las normas, hábitos y costumbres del grupo.
  • Hay que decir que durante la adolescencia, además de generarse un cambio en el tipo de relación con los demás, también surge en el adolescente una nueva comprensión de sí mismo. Esta nueva perspectiva puede incluir cambios en los siguientes conceptos: autoestima, independencia, identidad, nuevos comportamientos, y seguridad.



  • En el desarrollo en las relaciones familiares un paso progresivo es que el adolescente logre emanciparse (separarse, liberarse) de su núcleo familiar, a medida que se convierte en adulto joven e independiente. El adolescente, se da cuenta de que los adultos significativos para él no tienen todas las respuestas ni todas  las soluciones, por lo que un cierto grado de rebeldía contra los padres es  común y normal.
El joven intenta separarse para obtener independencia, pero a la vez siente nostalgia de la protección paterna. Se produce, pues, una tensión entre estos dos sentimientos. El adolescente se halla en una situación ambigua, que además hoy en día se alarga por razones socioeconómicas y culturales.

  • En el grupo de iguales. El tiempo que el adolescente comparte con sus amigos aumenta durante este periodo, los padres no deben alarmarse si ven que su hijo adolescente disfruta el tiempo compartido con sus amigos, se debe a que se siente más comprendido y aceptado por ellos Si bien las amistades de la infancia solían basarse en las actividades comunes, en la adolescencia éstas se  amplían e incluyen, además de las actividades compartidas, similitud de actitudes, valores, lealtad e intimidad. También suele existir un mismo nivel de  compromiso acerca  de los intereses académicos y educativos. Las conversaciones íntimas, especialmente entre las chicas adolescentes, con un alto grado de revelaciones personales les ayudan a desarrollar y explorar sus identidades, como también su sexualidad y los sentimientos que ésta despierta en ellas.Las amistades de los chicos adolescentes no suelen ser tan íntimas como las de las chicas. Los varones se inclinan a formar alianzas con un grupo de amigos que reafirma el valor de cada uno a través de acciones y actos más que a través de revelaciones interpersonales.

Ante todas estas situaciones el adolescente puede reaccionar en distintas formas que podemos agrupar en 3 conductas principales: social, asocial y antisocial.



Sexualidad & Comportamiento sexual

·         El concepto de sexualidad ha ido variando a lo largo de la historia en función de las culturas, las influencias religiosas y los cambios sociales, entre otros factores. La sexualidad nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos, y se manifiesta en diferentes dimensiones: la emocional, la de la conducta, la del placer y la reproductiva.


Los chicos y las chicas tienen rasgos claramente distintos, tanto físicamente como en lo relativo a emociones y conducta sexual. La adolescencia es la etapa en que el joven y la joven descubren al otro sexo. Se dan muchos batacazos. Es normal. Pero al final siempre hay un chico o una chica que colma todos tus deseos. Luego es como tocar las nubes con la punta de los dedos.
Una pregunta que los jóvenes se hacen muy a menudo:
Es cierto que, a veces, parece que los chicos vayan más lanzados que las chicas. Eso es debido al hecho de que, fisiológicamente, la respuesta a los estímulos sexuales de los chicos es más rápida que la de las chicas. Por otro lado, socialmente, está bien visto que los chicos aún lleven la iniciativa en las relaciones sexuales, por este motivo, lo exteriorizan de forma diferente.

·        Una pregunta muy frecuente que se hacen las chicas al tener pareja es :
Es importante saber decir que no (si es que quieres decir que no), y no dejarte llevar por la presión del grupo o de la pareja, ya que el sexo es una forma más de relacionarse y nunca puede ser impuesto. Tu sexualidad depende de cómo te encuentres con tu pareja.

La primera vez
Cuando se habla de "primera vez" nos referimos normalmente, a la primera vez que se tiene una relación sexual con penetración. Eso no quiere decir que las otras "primeras veces" (la de tocaros, la de veros desnudos, el primer orgasmo, etc.) no tengan también mucha importancia. En todo caso, la primera vez que realicéis el acto sexual con penetración tiene un significado especial.


Paternidad en la adolescencia & Comportaamiento sexual

 Se lo define como: "el que ocurre dentro de los dos años de edad ginecológica, entendiéndose por tal al tiempo transcurrido desde la menarca, y/o cuando la adolescente es aún dependiente de su núcleo familiar de origen".


La fecundidad adolescente es más alta en países en desarrollo y entre clases sociales menos favorecidas, haciendo pensar que se trata de un fenómeno transitorio porque, de mejorarse las condiciones, ella podría descender.
El embarazo en las adolescentes se ha convertido en seria preocupación para varios sectores sociales desde hacen ya unos 30 años. Para la salud, por la mayor incidencia de resultados desfavorables o por las implicancias del aborto. En lo psicosocial, por las consecuencias adversas que el hecho tiene sobre la adolescente y sus familiares.  


 

Qué es una Constelación?

Etimológicamente conocemos por constelación un conjunto de estrellas que forman parte de un sistema dinámico y en continua interacción y evolución y que forman una imagen.
Analógicamente los seres humanos formamos parte de constelaciones que parten por ser familiares para ampliarse a otros grupos humanos.
Las constelaciones se rigen por leyes naturales, familiares, sociales y espirituales que condicionan su funcionamiento.

El trabajo de constelaciones familiares es un método terapéutico fenomenológico que se aplica a nivel individual o grupal y que busca restablecer "El orden del amor" en los sistemas humanos.


¿En qué se basan las constelaciones familiares?
Se basan en la teoría de sistemas. Y dentro de ella en el reconocimiento de que los grupos humanos se rigen por leyes y patrones innatos, a los cuales se agregan todos aquellos que se van construyendo en la interacción cotidiana dentro de las familias y a sí mismo las familias construyen leyes y principios que rigen la interacción de sus núcleos con las de otras familias, llegando a construir las leyes sociales que permitirán un funcionamiento acorde con las necesidades particulares y grupales.

Sentimiento de rechazo o de aceptación

Los adolescentes confrontados a modelos parentales de tipo democrático, igualitario o tolerante raramente experimentan sentimientos de rechazo; de un 40 a un 42% de los adolescentes que se enfrentan a modelos autocráticos y autoritarios se sienten rechazados, al igual que entre el 56 y 58% de los adolescentes confrontados a modelos laisser faire (negligentes) y ciegos.




 La agresividad verbal.




El comportamiento agresivo del adolescente en el seno de la familia indica a menudo problemas de interacción importantes: los padres son permisivos y débiles, no consiguen ponerse de acuerdo sobre la línea de conducta que deben mantener, los conflictos entre ellos aparecen por el tema de la educación del niño o el adolescente, el cual observa y saca el máximo partido del desacuerdo de sus padres.

Las maniobras de chantaje y de manipulación utilizadas por el niño o el adolescente serán eventualmente la puerta de entrada a dificultades más importantes, entre otras a comportamientos francamente delincuentes.

 La agresividad contra las personas.
La agresividad del adolescente puede finalmente expresarse físicamente, aplicándola directamente sobre los demás.




El adolescente agresivo pone literalmente al otro en el desafío de medirse a sí mismo; si el otro niño no lo hace lo ridiculiza y lo trata de miedoso; en el caso de que responda a la provocación, es acusado de haber empezado y haber desencadenad la pelea. El mecanismo de identificación del agresor es corrientemente presentado en este tipo de altercado (“no e sido yo el que ha empezado, ha sido el otro”).

¿Qué datos se han encontrado sobre la relación padres-hijos?

Se han estudiado tanto la frecuencia como la intensidad de los conflictos entre los padres y los adolescentes y los hallazgos desembocan en unas afirmaciones tal y como siguen:

Un pequeño grupo (del 20-30%) pretende no sentir ninguna dificultad con sus padres y, si las ha tenido, han sido más que superadas.

La mayoría (un 50%) admite la presencia de problemas momentáneos, conoce el origen de las discusiones y emite reproches menores en relación con sus padres.

 Un pequeño grupo (20%) habla de conflictos serios y constantes y confiesa ser víctima de una cierta incomprensión.

 Una minoría (5-10%) vive conflictos agudos, sufre un sentimiento de rechazo, desaprueba la actitud de incomprensión y la rigidez de los padres y manifiesta
Diferencias profundas de opinión. Este grupo presenta crisis abiertas, enfrentamientos violentos y hasta fugas del domicilio.

La mayoría de las encuestas sobre los adolescentes revelan las mismas cifras. Los conflictos importantes entre los padres y los adolescentes existen aproximadamente en un 20-25% de los casos.


Los hallazgos han sido igualmente llevados a la percepción de los adolescentes a propósito de los padres. En una encuesta realizada sobre 13.000 estudiantes de secundaria, los investigadores constatan que el 73% de los adolescentes aprecian mucho a sus padres y se sienten en deuda hacia ellos para el resto de su vida. El 75% no cree que los padres debieran sacrificarlo todo por sus hijos. El 80% cree que los dos padres deberían asumir partes iguales de responsabilidad en la familia. El 75% no siente ninguna necesidad urgente de casarse o de dejar la casa. Otros autores constatan igualmente que la mayoría de los adolescentes afirma saber amar y respetar a sus padres; el 75% dicen creer conocer verdaderamente a su madre, el 60% piensan verdaderamente conocer a su padre, el 78% tienen mucho afecto hacia los padres, el 88% los respetan en tanto que son individuos, casi todos creen que sus padres les aman.

De estas búsquedas se deduce que del 75 al 90% de los adolescentes se sienten bien con sus padres y que solamente una minoría no tienen una buena relación con ellos. Los mismos resultados se encuentran en otros autores, más del 60% de los adolescentes afirman llevarse bien con sus padres y disfrutar de su compañía. El 25% experimenta posiciones más críticas y el 5% describen a la familia como un lugar de alineación de sus libertades individuales.

Hay que subrayar que si, en el conjunto, los adolescentes tienen una percepción positiva de sus padres, lo contrario no es cierto. En efecto, ciertas encuestas demuestran que los adultos manifiestan una actitud sensiblemente más negativa cara a los adolescentes, y que estos sentimientos negativos son a menudo influenciados por estereotipos desfavorables; los padres asocian la adolescencia a problemas de sexo, drogas, alcohol y delincuencia. Los padres de bajo nivel socioeconómico tienen una actitud más desfavorable que los padres que pertenecen a un nivel socioeconómico más elevado.

En las chicas la autonomía afectiva se adquiere menos nítida y rápidamente que en los chicos. Las adolescentes se muestran, en general, preocupadas por mantener los lazos afectivos con la familia y tienden a reproducir los ideales y los modelos familiares, mientras que los chicos optan mayoritariamente por modelos de éxito y de vida social exteriores a su propia familia, y definen su porvenir por la realización de sí mismos. Esta diferencia refleja, en parte, los estereotipos sociales ligados a los roles masculinos y femeninos, y explica que los chicos presenten más problemas de insubordinación, indisciplina (al igual que más trastornos de comportamiento) que las chicas.

El análisis del funcionamiento familiar revela un desequilibrio entre el ejercicio de la autoridad parental cuando los padres son excesivamente rígidos o extremadamente permisivos. En el estudio realizado por Elder, sobre los diferentes tipos de relaciones entre padres y adolescentes, se investigó sobre la conveniencia o no de que los adolescentes participasen en las discusiones y decisiones que les concernían. Distinguió siete tipos de familia: autocrática, autoritaria, democrática, igualitaria, tolerante (o permisiva), negligentes o “laisser faire”, ciega (o ignorante); y midió el impacto de cada uno de los tipos de autoridad parental sobre los adolescentes.

¿Se pueden distinguir diferentes tipos de autonomía?

La autonomía de comportamiento
Este tipo de autonomía es la primera y la más buscada por el adolescente, quien desea adoptar nuevos comportamientos, tener nuevas experiencias, expresarse a través de su conducta; se traduce a menudo de la siguiente manera: “Soy capaz, yo solo, por mí mismo”, “Quiero hacer lo que me plazca”. La autonomía del comportamiento se define a partir de las decisiones que el adolescente adopta en la organización de su vida cotidiana, sin hacer referencia a la autoridad parental. El enfrentamiento del control parental y el compromiso en los comportamientos personales engendran normalmente conflictos en cuanto a vestimenta, horarios de salidas, resultados escolares, tipos de amigos, participación en tareas domésticas, etc...


La autonomía afectiva
Este tipo de autonomía es ya más difícil de conseguir. El adolescente busca romper los lazos infantiles de dependencia que lo atan a su familia. Si su deseo es respetado, el adolescente tendrá a veces la sensación de que sus padres lo dejan, no se ocupan de él, es decir, lo rechazan, o que prefieren a otros hijos. El sujeto vacilará desde entonces entre los deseos de autonomía (afirmación del yo) y la dependencia (afecto), os deseos de alejamiento y los de aproximación. La autonomía afectiva va a la par con la toma de responsabilidad personal, la preocupación por organizarse, de tomar conciencia (por ejemplo, ocuparse de sus tareas escolares, de sus efectos personales, etc.) o también con el deseo de liberarse de la dependencia afectiva con relación a los padres y poner una distancia frente a la célula familiar.






La autonomía de principios

Este tipo de autonomía es el más difícil de conseguir, y a menudo no se adquiere más que al final de la adolescencia; implica la capacidad del sujeto de definirse como entidad distinta a través de sus gustos, sus intereses, sus preferencias, sus proyectos, sus valores. El adolescente hace frente a los grandes problemas de la existencia y define su propio estilo de vida. El sentimiento de identidad se funda principalmente en los valores políticos, morales o religiosos, sobre el compromiso escolar y profesional (escuela y trabajo) y sobre la implicación sexual (roles sexuales, las relaciones sexuales...). La definición de los principios personales, traduciéndose por comportamientos concretos, puede desencadenar una confrontación entre los padres y los adolescentes, precisamente porque ellos lo hacen “una cuestión de principios”.

La oposición a los padres debe recolocarse en un contexto de la adquisición de la autonomía: ¿Se trata de una falsa autonomía o de una verdadera autonomía? Las encuestas realizadas indican que los adolescentes son conocedores de los conflictos con los padres en la adquisición de la autonomía:
Ø Los conflictos más frecuentes se presentan a propósito de los hábitos de vida: vestimenta, cortes de pelo, maquillaje, horario de salidas, etc.
Ø Aparecen después de conflictos derivados de la vida escolar: resultados demasiado flojos, deberes que hacer, exámenes por preparar, frecuencia escolar;
Ø Los conflictos menos frecuentes giran alrededor de los valores morales.