martes, 8 de marzo de 2011

conductas sociales

Para determinar si un joven es social, asocial o antisocial debe juzgársele tanto objetiva como subjetivamente. Objetivamente en función de su conducta, y subjetivamente en función de sus sentimientos y actitudes.
  • Un adolescente social es aquel que se adapta a las normas aprobadas por el grupo en el que se desenvulve, desempeña correctamente la función social prescrita por un grupo, tiene actitudes sociales que lleven a la conducta aprobada y logra la satisfacción personal derivada de la conducta social. La conducta social es la que cumple con las adecuadas normas de convivencia, la que no arremete en forma alguna a la colectividad, es la que cumple con el bien común. Quien se considera como un ser social respeta los límites, es capaz de relacionarse con diferentes grupos de personas, acepta las autoridades y actúa en pro de la sociedad.

  • El adolescente asocial: debido a su ignorancia de las expectativas sociales, no puede adaptarse a los criterios de una persona social. Las características de un “asocial” generalmente corresponden a un patrón de violencia, con comportamiento impulsivo, aislamiento del entorno, elitismo y discriminación, entre otros. Esta conducta no tiene relación con las normas de convivencia ni con el bien común.

  • El adolescente antisocial: es consciente de las expectativas sociales, pero no se conforma a ellas porque no lo desea. atenta contra la estructura básica de la sociedad, destruye sus valores fundamentales, lesiona las normas elementales de convivencia.
  • Los factores que contribuyen al individuo antisocial de la conducta particular, pero generalmente incluyen algún tipo de problemas familiares, incoherentes prácticas disciplinarias o abuso de menores, cambios frecuentes en el cuidador principal o en la vivienda, de aprendizaje o discapacidades cognitivas, o problemas de salud. El déficit de atención con hiperactividad está altamente correlacionado con el comportamiento antisocial. Un joven puede mostrar un comportamiento antisocial en respuesta a un estresante específico por un período limitado de tiempo, pero esto no se considera una condición psiquiátrica. Los niños y adolescentes con trastornos de la conducta antisocial tienen un mayor riesgo de accidentes, fracaso escolar, el alcohol temprano y el uso de sustancias, suicidio y comportamiento criminal. Habitualmente este comportamiento oculta una baja autoestima.





    Todo grupo cultural establece sus propias normas con sus propias pautas para ayudar al adolescente a realizar la transición desde las actitudes y la conducta social de la infancia a la de adultos. La razón más importante para fomentar la socialización en el adolescente es que el patrón de adaptación social establecido en la adolescencia quizá determine su nivel de socialización para el resto de la vida.

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