martes, 8 de marzo de 2011

¿Qué datos se han encontrado sobre la relación padres-hijos?

Se han estudiado tanto la frecuencia como la intensidad de los conflictos entre los padres y los adolescentes y los hallazgos desembocan en unas afirmaciones tal y como siguen:

Un pequeño grupo (del 20-30%) pretende no sentir ninguna dificultad con sus padres y, si las ha tenido, han sido más que superadas.

La mayoría (un 50%) admite la presencia de problemas momentáneos, conoce el origen de las discusiones y emite reproches menores en relación con sus padres.

 Un pequeño grupo (20%) habla de conflictos serios y constantes y confiesa ser víctima de una cierta incomprensión.

 Una minoría (5-10%) vive conflictos agudos, sufre un sentimiento de rechazo, desaprueba la actitud de incomprensión y la rigidez de los padres y manifiesta
Diferencias profundas de opinión. Este grupo presenta crisis abiertas, enfrentamientos violentos y hasta fugas del domicilio.

La mayoría de las encuestas sobre los adolescentes revelan las mismas cifras. Los conflictos importantes entre los padres y los adolescentes existen aproximadamente en un 20-25% de los casos.


Los hallazgos han sido igualmente llevados a la percepción de los adolescentes a propósito de los padres. En una encuesta realizada sobre 13.000 estudiantes de secundaria, los investigadores constatan que el 73% de los adolescentes aprecian mucho a sus padres y se sienten en deuda hacia ellos para el resto de su vida. El 75% no cree que los padres debieran sacrificarlo todo por sus hijos. El 80% cree que los dos padres deberían asumir partes iguales de responsabilidad en la familia. El 75% no siente ninguna necesidad urgente de casarse o de dejar la casa. Otros autores constatan igualmente que la mayoría de los adolescentes afirma saber amar y respetar a sus padres; el 75% dicen creer conocer verdaderamente a su madre, el 60% piensan verdaderamente conocer a su padre, el 78% tienen mucho afecto hacia los padres, el 88% los respetan en tanto que son individuos, casi todos creen que sus padres les aman.

De estas búsquedas se deduce que del 75 al 90% de los adolescentes se sienten bien con sus padres y que solamente una minoría no tienen una buena relación con ellos. Los mismos resultados se encuentran en otros autores, más del 60% de los adolescentes afirman llevarse bien con sus padres y disfrutar de su compañía. El 25% experimenta posiciones más críticas y el 5% describen a la familia como un lugar de alineación de sus libertades individuales.

Hay que subrayar que si, en el conjunto, los adolescentes tienen una percepción positiva de sus padres, lo contrario no es cierto. En efecto, ciertas encuestas demuestran que los adultos manifiestan una actitud sensiblemente más negativa cara a los adolescentes, y que estos sentimientos negativos son a menudo influenciados por estereotipos desfavorables; los padres asocian la adolescencia a problemas de sexo, drogas, alcohol y delincuencia. Los padres de bajo nivel socioeconómico tienen una actitud más desfavorable que los padres que pertenecen a un nivel socioeconómico más elevado.

En las chicas la autonomía afectiva se adquiere menos nítida y rápidamente que en los chicos. Las adolescentes se muestran, en general, preocupadas por mantener los lazos afectivos con la familia y tienden a reproducir los ideales y los modelos familiares, mientras que los chicos optan mayoritariamente por modelos de éxito y de vida social exteriores a su propia familia, y definen su porvenir por la realización de sí mismos. Esta diferencia refleja, en parte, los estereotipos sociales ligados a los roles masculinos y femeninos, y explica que los chicos presenten más problemas de insubordinación, indisciplina (al igual que más trastornos de comportamiento) que las chicas.

El análisis del funcionamiento familiar revela un desequilibrio entre el ejercicio de la autoridad parental cuando los padres son excesivamente rígidos o extremadamente permisivos. En el estudio realizado por Elder, sobre los diferentes tipos de relaciones entre padres y adolescentes, se investigó sobre la conveniencia o no de que los adolescentes participasen en las discusiones y decisiones que les concernían. Distinguió siete tipos de familia: autocrática, autoritaria, democrática, igualitaria, tolerante (o permisiva), negligentes o “laisser faire”, ciega (o ignorante); y midió el impacto de cada uno de los tipos de autoridad parental sobre los adolescentes.

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