martes, 8 de marzo de 2011

Sentimiento de rechazo o de aceptación

Los adolescentes confrontados a modelos parentales de tipo democrático, igualitario o tolerante raramente experimentan sentimientos de rechazo; de un 40 a un 42% de los adolescentes que se enfrentan a modelos autocráticos y autoritarios se sienten rechazados, al igual que entre el 56 y 58% de los adolescentes confrontados a modelos laisser faire (negligentes) y ciegos.




 La agresividad verbal.




El comportamiento agresivo del adolescente en el seno de la familia indica a menudo problemas de interacción importantes: los padres son permisivos y débiles, no consiguen ponerse de acuerdo sobre la línea de conducta que deben mantener, los conflictos entre ellos aparecen por el tema de la educación del niño o el adolescente, el cual observa y saca el máximo partido del desacuerdo de sus padres.

Las maniobras de chantaje y de manipulación utilizadas por el niño o el adolescente serán eventualmente la puerta de entrada a dificultades más importantes, entre otras a comportamientos francamente delincuentes.

 La agresividad contra las personas.
La agresividad del adolescente puede finalmente expresarse físicamente, aplicándola directamente sobre los demás.




El adolescente agresivo pone literalmente al otro en el desafío de medirse a sí mismo; si el otro niño no lo hace lo ridiculiza y lo trata de miedoso; en el caso de que responda a la provocación, es acusado de haber empezado y haber desencadenad la pelea. El mecanismo de identificación del agresor es corrientemente presentado en este tipo de altercado (“no e sido yo el que ha empezado, ha sido el otro”).

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